En ocasiones nuestras mascotas por juego, instinto o conductas inapropiadas tienden a ingerir objetos que nada tienen que ver con la comida o las chuches, y que terminan provocando distintas patologías.

Este es el caso de Curro, uno de nuestros pacientes, yorkshire terrier de tres meses que, por instinto de mordida al ir produciéndose el cambio de dentición: de dientes de leche a dientes permanentes, ingirió parte de uno de sus juguetes. El juguete terminaba en unas puntas con bolitas de goma que Curro separó y tragó accidentalmente.

Al acudir a consulta se sospechó de cuerpo extraño y se realizó una ecografía donde se apreciaban formas esféricas en el interior del estómago. Para que tuviéramos una imagen exacta del número de bolas que había, se realizó una radiografía con contraste.

Para extraer estas bolas se optó por la técnica menos invasiva y por tanto recomendada, que es la endoscopia. El equipo de endoscopistas junto con nuestro equipo de anestesista y auxiliar se pusieron manos a la obra para extraer los 6 cuerpos extraños que había ingerido Curro.

El resultado fue un éxito: las bolitas se extrajeron y los síntomas que presentaba Curro remitieron en pocos días tras el tratamiento con protectores gástricos.

¡Quiero compartir esto!