Lucky es un gato que acudió hace unos días a nuestra clínica veterinaria. Presentaba debilidad, anorexia, fiebre, vómitos esporádicos y pérdida de peso.
El paciente es un gato macho de 3 años con acceso al exterior y por tanto más expuesto a agentes infecciosos que un gato de vida totalmente casera.
Tras realizarle una exploración inicial y descartar dos de las enfermedades felinas con más prevalencia; la Leucemia y las inmunodeficiencias felinas; se realizaron analíticas sanguíneas con valores de glóbulos rojos muy por debajo de los límites normales, incluso ya en el límite de tener que recibir una transfusión de sangre:

La anemia hemolítica inmunomediada es una enfermedad que deriva en una anemia severa en el paciente, y es generalmente secundaria a otras causas (infecciosas, parasitarias, etc..).
Tras descartar otras enfermedades infecciosas y parasitarias, se instauró un tratamiento agresivo con corticoides para hacer responder a la médula ósea de Lucky con éxito: sus valores analíticos mejoraron mucho, remitió la fiebre y recobró el apetito.
Al tener una respuesta favorable, se fue reduciendo la dosis de corticoides de forma gradual, y controlando siempre sus parámetros analíticos, pero tuvo un efecto secundario descrito con bastante frecuencia: desarrolló Diabetes Mellitus. La pauta en animales es similar a la que se utiliza en personas que padecen esta enfermedad: inyecciones dos veces al día de insulina asociadas al momento de la comida, y control de la glucosa en sangre y en orina.
Ahora Lucky se enfrentaba a una nueva complicación, ya que había que retirar los corticoides que controlaban su anemia, porque se estaba dañando el páncreas. Se optó por añadir un tratamiento utilizado en oncología con muy buena tolerancia, y con esta nueva pauta se pudieron ir retirando los corticoides, se fue controlando la diabetes con la insulina y Lucky pudo mantener dentro de valores normales sus parámetros sanguíneos.
La evolución de Lucky era muy positiva, ganaba peso y todo estaba en orden, pero su organismo aún nos tenía preparada una respuesta muy positiva: su páncreas fue capaz de retomar su actividad y la insulina dejó de ser necesaria.

Por lo tanto actualmente nuestro pequeño luchador, ha superado una anemia muy grave que ha puesto en peligro su vida, complicada con diabetes que nos obligó a retirar el tratamiento que controlaba su anemia, y ha conseguido, gracias al seguimiento veterinario y al esfuerzo y dedicación increíble de sus dueños, recuperarse y controlar ambas patologías con un cómodo tratamiento vía oral cada 3 semanas.
Nuestro precioso Lucky ya recuperado y mucho más gordito y sanote, saludando a la cámara en la última revisión que tuvo.